viernes, 12 de marzo de 2010

Una de verdes

No hace mucho conocí a un chico por Internet como siempre, era de mi edad muy agradable, parecía simpático, y después de un tiempo hablando nos decidimos a quedar.

Fue una tarde sobre las 20 horas, hacia una noche ni fría ni calurosa, muy típica de cualquier otoño después de haber llovido durante todo el día.

El día de antes habíamos acordado el lugar a medio de camino de los dos para quedar a conocernos, yo llegué un poco de antes y me quedé esperándole, al poco rato llegó él.

Nos saludamos y estuvimos hablando, me estuvo contando cosas de su trabajo, me describió las instalaciones donde desempeña su labor, los materiales que utiliza y demás. Alguna que otra batallita con los compañeros de trabajo e incluso con el jefe.

Nos echamos unas risas, pero de repente nos quedamos callados y nos dimos un beso, sin darnos cuenta, nos llaman a la ventanilla del coche y aparece una pareja de las fuerzas de seguridad del estado, nos quedamos un poco asustados por que no nos lo esperábamos, y nada lo de siempre nos pidieron los DNI y la documentación del coche, allí nos tuvieron esperando mientras comprobaban los datos media hora, muy amables ellos nos pidieron disculpa por la interrupción y se fueron.

A nosotros nos entro como una especie de ataque de risa y acojonamiento a la vez, intentamos seguir donde lo habíamos dejado pero no parábamos de mirar por la ventanilla. Cada uno se fue por su lado camino de nuestras casas, respectivamente.
No volví a saber de él.

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